Recordando el paso de Lucas Vidal por Cooltural Plans

«Sólo se vive una vez y a mí no me va a parar nadie«. Eso es lo que se repetía Lucas Vidal (Madrid, 1984) cuando estudiaba música con una beca en Berklee y su proyecto de componer para el cine era todavía un sueño. Hoy, 18 bandas sonoras después, es uno de los músicos más solicitados de Hollywood y, aunque los directores aún se sorprenden de lo joven que es -cuenta que el de El enigma del cuervo, protagonizada por John Cusack, «pensó que era el asistente de Lucas Vidal cuando llegué a nuestra reunión, ¡no se creía que era yo!»-, ha puesto la melodía a películas como Fast & Furious, La fría luz del día, Nadie quiere la noche o Palmeras en la nieve.

Nos lo contó con palabras y, por supuesto, con música en el Cooltural Plan que protagonizó en Passage Privé. La tienda de objetos y muebles vintage más cool del barrio de las Letras sirvió de cinefórum por una noche, y mientras catábamos las cuatro variedades de Casimiro Mahou (Amaniel, Maravillas, Jacometrezo y Marcenado), Vidal puso a prueba nuestros sentidos al proyectar una misma escena de la película Mindscape con distintas músicas -según una u otra parecía de amor, de suspense, de acción…- o al mostrar cómo cuando ves la trepidante persecución de coches de La fría luz del día, con Bruce Willis, no es la sensación de velocidad sino una orquesta de 60 músicos dirigida por él, la culpable de que se te ponga el corazón a mil pulsaciones.

Lucas, que admira a John Williams, asegura que la música de Cinema Paradiso le pone los pelos de punta y sueña con hacer la partitura de una película animada de Disney, sostiene que «la música es lo único que llega al corazón sin pasar por el cerebro». Él la ha vivido así desde niño. Cuenta que de pequeño si le castigaban, no era sin jugar a un videojuego, sino sin dejarle tocar el piano… Por eso cuando estando en Berklee le diagnosticaron un cáncer y tuvo que interrumpir sus estudios para volver a España a tratarse, una vez curado dice que volvió a Estados Unidos «aún con más ganas». Su esfuerzo, su talento, y sus resultados no sólo convierten en realidad el mito del sueño americano. Es un ejemplo de superación y del poder de la ilusión, como el de muchos de los pacientes a los que ayuda Fundación Aladina. En Cooltural Plans estamos felices de contar con la colaboración de esta organización cuyo objetivo es «acompañar a los niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias para que tengan una estancia hospitalaria lo mejor posible», como explicó su directora, Ishtar Espejo. La labor de Fundación Aladina es maravillosa. Y la historia de Lucas Vidal, una inspiración.

 

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