«La poesía es como una de esas grandes plazas públicas mediterráneas: sólo tiene sentido cuando se llena de gente», dice Antonio Lucas. Y así estuvimos, literalmente al completo, la noche del Cooltural Plan protagonizado por este poeta y periodista de El Mundo, autor de Los desengaños (Premio Loewe de Poesía). Para mantener ritmo y compás, lo celebramos en el estudio del fotógrafo Luis Gaspar, retratista oficial de la vida cultural española de los últimos años, situado en la no menos lírica calle del Desengaño. El arte bueno, el compartido, el de verdad, -y un vino a la altura, Graciano de Viña Ijalba– estaba servido.
Lucas nos contó que descubrió la poesía siendo un adolescente. Que en su casa se reunieran de tertulia grandes como Caballero Bonald (amigo de su padre) y que un problema de espalda le obligara a estar en cama durante mucho tiempo, fueron las causas que le llevaron directo a la lectura. «Me busqué un amigo nuevo, los libros, el artefacto más sofisticado que existe, más incluso que la rueda». Y prácticamente desde entonces, como él mismo mantiene ahora en su Twitter, #Niundíasinpoesía. Entre sus autores favoritos, Rimbaud, Lorca, Rilke, Keats… «Con esos y un botijo, pasaba yo el verano», bromeó. Y es que el poeta, mote que le pusieron en su pandilla, es de todo menos cursi.
Los desengaños, su último libro, surge del dolor, «de una ruptura que supuso un cambio sísmico brutal en mi forma de ver el mundo». Pero no se queda en lo personal y denuncia también el presente, la realidad social española de estos últimos años. Como Lucas suele decir «amo este país, pero no consigo que me guste»… Y continúa: «Yo estaba herido y el país estaba sufriendo de un modo siniestro. Esas dos condiciones conectaron», explicó. Para él, la poesía tiene mucho que ver con otra de sus inmensas pasiones: el flamenco, que «se escribe con un sentido de la vida y una emoción, con un instinto de justicia y de todo lo que tiene que ver con el sentimiento», que lo llena de un significado directo y claro.
Entre poema y poema -nos recitó algunos, como Traición- se perfilaron también sus rasgos de periodista y surgieron preguntas sobre la actualidad política. Lucas recordó que «no existe regeneración sin trauma, nunca en la Historia la ha habido». Asegura que las nuevas melodías políticas le seducen, pero «la puesta en escena, muy litúrgica, me solivianta un poco». Apuntó además la «mala educación bipartidista de España», por lo que hasta que se demuestre lo contrario, se sitúa «en la fila de los cautos».
La charla se acabó, pero seguimos disfrutando en prosa del vino y del buen ambiente. Alguno de los asistentes comentó que no era lector de poesía y el plan le había encantado. Para nuestra sorpresa, uno de los colegas de Lucas, el periodista Manuel Jabois, se apuntó con él al Cooltural Plan. Y, igual que de una boda sale otra, ya os podéis imaginar quién será uno de nuestros próximos invitados…
PD. Gracias a Fundación Aladina, una vez más,por acompañarnos en Cooltural Plans y poder difundir la inmensa labor que realizan con niños y adolescentes enfermos de cáncer.