Soledad Lorenzo y Antonio Lucas: la mirada inteligente

Cuando la sensibilidad y la palabra se encuentran, la emoción se desborda… Juntamos en Mateo & Co. a la gran dama del arte español, Soledad Lorenzo, y a Antonio Lucas, el presente de las letras.

A sus casi 80 años, Soledad Lorenzo sigue encandilando. La voz trémula, esa estilosa delgadez y su pelo blanco platino definen su presencia.  Ya lo dijo el artista Helmut Newton, el fotógrafo de la belleza, mientras la inmortalizaba con su cámara fumando un cigarrillo: “Soledad, you are so beautiful”.

Antonio Lucas se sabe a “Sole” -así la llama- de memoria. Él ha sido su biógrafo (“Una vida con el arte”, Exit Publicaciones 2014 ), y es un reconocido admirador de la trayectoria vital de la galerista. Ella siente fervor indisimulado por Antonio, y lo ha investido como su “escritor favorito”.

¿Cómo aprende uno a mirar el arte? Todos queríamos saber si Soledad Lorenzo tenía la respuesta.

El destino de Soledad estaba escrito desde su infancia. Su padre (alcalde republicano represaliado y posteriormente excarcelado) le infundió, de forma natural, el amor por la cultura. Gutierrez Solana o Joaquim Sunyer eran algunos de los amigos de su padre, de éste último incluso conserva dos retratos que le hizo de niña.

Se casó y enviudó joven, y desde entonces la muerte la rondó de cerca, perdiendo en unos pocos años a toda su familia. Su propio nombre parecía un vil spoiler. “La muerte me hizo amar más la vida”, nos dice.

A los cuarenta años el arte vino a reclutarla. Se había quedado con su cara. “Lo vas a hacer de muerte”, le dijo Paloma Altolaguirre. “Porqué tu lo digas”, le contestó ella. Pero Paloma no se equivocó… Tras pasar por las galerías de Fernando Guereta, Theo y Elvira Fernandez, termino abriendo la suya propia en la calle Orfila. Esa galería que transformó la idea de mercado de arte contemporáneo en España y que ha alojado a artistas como Palazuelo, Antonio Tapiès, Barceló, Schnabel…

“¿Qué sexto sentido se te despertaba con tus artistas?”, le pregunta el periodista. “Es algo emocional. La mirada es algo emocional. No es pensante”.  Solo ha querido tener artistas vivos. Los elegía como se elige un novio. Se dejaba seducir por la actitud que tenían ante la vida. Destaca en especial la figura de Pablo Palazuelo, como uno de los hombres más inteligentes que ha conocido.

Ha recibido importantísimos reconocimientos a su trayectoria, incluido el de la federación de Galerías de Art Basel (la feria de arte más importante del mundo) en la que es la única galería española hasta ahora galardonada. Ella -coqueta- dice que es porque cae bien.

Le guarda gratitud al arte. Le ha ayudado a vivir una vida maravillosa. A sentirse querida. A desarrollar la mirada emocional. En agradecimiento ha donado toda su colección al Reina Sofía para que todos podamos disfrutarla. Un inmenso regalo.

Agradecimientos: A Brutus The BeerSupracafé Mama Framboise por acompañarnos y apoyar la cultura. Y, como siempre,  a Fundación Aladina, por la labor tan maravillosa que llevan a cabo.

Fotos © Casilda Saldaña: Escríbela a casilda.sf@gmail.com si quieres alguna foto con mayor definición.

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