Qué es poesía…? Con Luis García Montero y Marwan

“(…)aunque solo me escuche una silla vacía será firme mi voz.” ( Luis García Montero)

Hacer una crónica de lo que vivimos (o sentimos) en el último Cooltural es una misión difícil. La emoción no es fácilmente reproducible.

Juntamos a Luis García Montero y a Marwan. A ambos les une representar en épocas distintas a la “nueva poesía”. Les esperábamos en la trastienda de Rue Vintage 74, un espacio mágico.

Luis, poeta consagrado, reincidente en Cooltural, es una de las caras más famosas de la poesía de la experiencia. Marwan forma parte de una generación de poetas -surgida al amparo de las redes sociales-  que llenan salas de conciertos y arrasan en las librerías. Ambos, con voz propia, han conseguido acercar la poesía a la calle.

Marwan nos cuenta que a él y a otros cantautores poetas como Luis Ramiro o Diego Ojeda (también presentes en el encuentro) les reprochan que lo que escriben no es poesía. Se defiende citando a Bukowski, Luis Alberto de Cuenca, Manuel Vilas o Karmelo Iribarren (de los que se reconoce discípulo) que con un estilo más prosaico, son reconocidos unánimemente por la crítica como poetas.

Para Luis G.M. lo que legitima la poesía es siempre la emoción. Piensa en sí mismo como lector. Si un poema le convence, le emociona o le sirve para darle sentido a lo que piensa está ante un buen poema. Está acostumbrado (como académico) a ver cómo los que pretenden fijar los cánones de lo que es o no poesía, se equivocan. “Al final son los lectores los que deciden. No porque tengan una varita mágica, para decidir lo que es bueno o malo, sino porque a un lector si un poema le emociona lo hace válido. Así la educación sentimental que tiene que ver con los modos de vida de una época va configurando lo que es la poesía”.

Entramos en materia y preguntamos directamente. ¿Qué es lo que hace que algo sea poesía? LGM: “La poesía es un genero habitable. Quien le da vida a un poema es el lector. El autor hace una propuesta pero ésta tiene que ser habitada y tomada con la propia experiencia del lector que es el que le da sentido”.

En cuanto a la métrica, si ésta debe o no respetarse, el poeta granadino nos aclara que “la música es una parte fundamental de la poesía y la evolución de los poetas tiene mucho que ver con la de la música”. Antes, nos dice, había unas reglas muy estrictas para una métrica muy calculada en rimas, versos y estrofas. “Buena parte del trabajo de los poetas de finales del siglo XIX y principios del XX fue buscar músicas nuevas”.

Continua señalando las diferencias en los distintos procesos creativos: “En las canciones tampoco puedes ponerte excesivamente reflexivo o filosófico porque pierde musicalidad. No puedes meter una parrafada. Los poemas tienen un margen para la reflexión muchísimo mayor. Se puede retorcer más el lenguaje. Hay cosas que no me atrevo a poner en una canción y en un poema encuentran su destino”.

Le escriben muchos chavales de 16 años y le cuentan que han empezado a leer poesía y a escribir gracias a ellos. Eso le hace feliz. Le parece un milagro. Cree que sería mejor que leyeran a Bécquer o Neruda, pero se siente satisfecho si su poesía les sirve de escalón para llegar a ellos.

¿Hace falta leer a los clásicos para escribir poesía? Para Luis G.M., el conocimiento y la formación son fundamentales. “No hay cosas que salgan bien espontáneamente. Un buen médico ha estudiado medicina, un buen amante es alguien que ha amado mucho. Le irrita mucho la exaltación de la ignorancia y hay mucha gente que dice “yo es que no leo para que no me influya. Esa gente puede pasarse repitiendo cosas que llevan mal escritas 50 o 60 años”.

Lo que sí es necesario, según él, es asumir todo lo que has estudiado en tu propio mundo creativo para aportar tu granito de arena desde tu propia personalidad. Y eso lo consigue uno leyendo. “Y los clásicos no es tener que ir a leer a Garcilaso, aunque está estupendo; si lees a Neruda, Cernuda estás leyendo a un clásico”.

La poesía tiene que estar con los ojos abiertos y reinventarse constantemente. Quien más admira a sus mayores, tiene luego más libertad para crear su propio mundo”, nos dice.

Advierte Luis que lo que no puede faltar en la mesa de un escritor son libros y una papelera, para evitar caer en el mayor peligro de los escritores o poetas, perder la conciencia crítica. Y eso vale tanto para  los que tienen éxito como para los que se consuelan ante su fracaso.

Un asistente pregunta si tienen horarios para escribir. LGM dice que la poesía tiene que ser algo necesario.“Te puede surgir de pronto de una necesidad o puedes tú buscar el momento cuando tienes mucho tiempo por delante pero no resiste a horarios laborales”.

Marwan confiesa que tuvo una crisis creativa en su segundo disco y se puso e investigar sobre creatividad. Ahora cree que es fundamental ponerse tiempos, tener un objetivo.

A lo que Luis G.M. añade: “Cuando uno tiene 20 o 30 años y está empezando y está buscando, está creando su propio mundo y en ese sentido la impaciencia es una virtud. La papelera hace falta más que nunca. La creatividad hay que impulsarla mucho. Tras 36 años, empiezas a ver que con los años la virtud deja de ser la impaciencia para serlo la paciencia. Porque la tentación es escribir lo que uno ya ha escrito. Acabas escribiendo lo que ha tenido éxito y puede acabar oliendo a usado lo que escribes. Te despegas de la creatividad. El miedo es no a no crear sino a repetirte.”

Un dilema en la historia de la poesía es si la poesía debe ser igual a belleza. Luis nos confiesa que cada vez le da más importancia a la palabra verdad que a la palabra belleza. Los paradigmas de la belleza dependen mucho de una época y van cambiando. “Lo importante de la poesía es que nos despierte una emoción de verdad. En el sentido de que cada uno tiene sus sentimientos y después está el mundo exterior, que suele ser hostil, y suele haber una diferencia entre lo que nosotros sentimos y la realidad. Pero hay momentos en los que se produce un extraño equilibrio, una identificación entre lo que sentimos y la realidad. Y tenemos un sentimiento de verdad. Confirmado en la calle cuando mucha gente te dice “eso que tu has cantado, eso que has escrito, es lo que yo siento”.

Y continúa: “Una de las tareas más importantes del tiempo de hoy es recuperar el sentido de verdad ya sin mayúsculas, una verdad con minúsculas, las emociones humanas, ¿qué es lo que yo siento?, ¿qué es lo que permite que mi interior esté en equilibrio con el exterior? Y eso para mí es el arte, esa verdad de las emociones. Cualquier tipo de elaboración técnica o gremial o experimentalista que renuncie a la emoción reduce la verdad que experimentamos todos como seres humanos”. Se escuchan aplausos.

García Montero habla de su relación con Alberti. De la suerte que tuvo al conseguir que dirigiera su tesis, y de la amistad que se fraguó entre ellos. Pero sobre todo resalta que la mayor lección que le dio fue la de aprender de los jóvenes, aprender a valorarlos. “Cuando la agenda se te va llenando de tachaduras porque los mayores se van muriendo, es un lujo haber aprendido la lección de que hay maestros jóvenes de los que puedes seguir aprendiendo porque si no te quedarías fosilizado. El dialogo entre generaciones es fundamental. Y en ese sentido tan peligroso es el que desprecia a los mayores como el que desprecia a los jóvenes”.

Le preguntamos a Marwan si las redes sociales están influyendo en las nuevas formas de leer poesía. Él cree que sí. Que el máximo de palabras fijado por Twitter puede estar favoreciendo el poema corto. Aunque tal y como nos recuerda el aforismo y el haiku no son algo nuevo.

Para Luis G.M. es importante no confundir la poesía con la brillantez, con el golpe de efecto, porque entonces se pierde profundidad.

Hablamos con ambos sobre el papel de la mujer. ¿Por qué parece que solo somos nosotras las que leemos poesía o llenamos las salas en los conciertos de cantautores?

Marwan : “En  la sociedad patriarcal, hay una función dada a los hombres y otra a la mujer, todavía queda un largo camino por recorrer para que el hombre se permita ser sensible en sociedad. Las mujeres siempre han estado mas cerca de sus emociones. Eso se ha castigado en los hombres”.

Luis G.M.: “Hay muchos hombres que leen poesía. En el reparto de papeles tradicional se ha identificado lo sentimental con la mujer y lo racional con el hombre. La razón servía para trabajar en los asuntos públicos y el sentimiento para llevar la casa. Se le ha dado una función social a la biología. Siempre se ha dado esa división entre la sentimentalidad, que en el fondo sirve para convertir a la mujer en ángel sentimental, en el ángel de la casa. Eso ha funcionado mucho tiempo. De hecho se ha identificado la mujer con la poesía, la famosa frase de Bécquer “Poesia eres tú”, pero después la sociedad tenía mecanismos para decir la poesía eres tú, pero el poeta soy yo. Habia muchos mas poetas que mujeres. Conforme la sociedad va consiguiendo la igualdad la poesía va cambiando. El machismo no permitió que hubiera igualdad en la poesía. La realidad no se puede negar. Pero la sociedad va volviéndose mas igualitaria y hay más poetisas y más hombres que puedan emocionarse en un concierto de un cantautor”.

Finalizamos la noche con un breve recital. Luis García Montero nos emocionó con Aunque tu no lo sepas, poema que inspiró la célebre canción de Quique González, y que da título al documental que acaba de estrenarse sobre el poeta. Marwan le da la réplica cambiando la lira por la guitarra.

La noche se acabó a regañadientes… pero algunos salimos de allí más acompañados. Con el consuelo de saber que, en este mundo de locos, aun sigue viva la poesía.

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