Laura Ferrero: una de las voces más sugerentes de nuestra literatura

Hay una nueva generación de escritoras que viene pisando fuerte, tomando el relevo de los grandes nombres de nuestras letras, con una mirada muy personal, que nos sitúa ante el espejo. Laura Ferrero es, sin lugar a dudas, una de esas voces. Sus relatos, como los de su último libro, La gente no existe o el primero, Piscinas vacías, hablan de todos nosotros.

Con ella conversamos en Cooltural Plans. Para los que nos acompañasteis, y para los que no, aquí van 10 cosas que aprendimos con Laura Ferrero:

1/

Decidió autoeditar su primer libro, Piscinas vacías, y a la semana estaba entre los más vendidos de Amazon. La fichó Alfaguara: “La gente te dice que JK Rowling envió su libro a 50 editoriales y a la 51 le dijeron que sí… ¡A mí con que me rechazaran tres veces me bastaba! Tenía conocimientos básicos de edición, en esa época habían surgido estas plataformas y lo intenté. A las editoriales les saltaría la alarma y dirían “mira esta chica a la que le dijimos que no y está vendiendo…”.

2/

Le “fluyen” mejor los relatos que las novelas, aunque ahora está escribiendo una. “Con los relatos siento que termino cosas. Una novela se te puede alargar durante años: Igual al principio sentía la necesidad de contar una cosa y, al cabo del tiempo, se te atasca la novela y eso cambia, porque cambio yo. O puede que un personaje me empiece a caer mal y ya no quiera que siga ahí… Relaciono la literatura conmigo misma”.

3/

Reivindica la utilidad de lo (aparentemente) inútil: “La gente me decía que no estudiara Filosofía ni Periodismo porque no tenían salidas. Filosofía es una carrera de digestión lenta, tienes la sensación de que no estás aprendiendo nada, pero me ha enseñado a pensar, a entender la estructura que hay detrás del pensamiento. En esta sociedad de lo inmediato, todos deberíamos estudiar filosofía”.

4/

Que escribir tiene mucho que ver con mirar: “Que te guste mirar y que no tengas prisa. El enemigo de la literatura es la rapidez”.

5/

Que después de verse reflejado en el relato “Mi padre en atocha”, éste la teme… “Tenemos una relación basada en el humor. Siempre le digo ¡ojo! Cualquier cosa que hagas o digas puede acabar en mi libro, lo tengo manipulado… Milosz dice que cuando nace un escritor se termina una familia, y estoy un poco de acuerdo”.

6/

Lo que le interesa de la literatura es que le haga plantearse cosas. “Louise Gluck habla de “La certeza, una cosa muerta” en un poema. Si tuviéramos certezas no buscaríamos demasiado, y creo que la función de la literatura, de la poesía, del arte en general es buscar aquello que nos falta. Así estamos continuamente en movimiento. En el momento en que encontráramos las certezas, viviríamos en un catálogo de IKEA, con esos muebles en los que te dan todos los pasos y al final montas la estantería”.

7/

Que muchas veces lee para sentirse acompañada. “En determinados momentos de la vida, la literatura es como un espejo”. La han ayudado libros como Oscuridad total, de Renata Adler, porque en un momento puntual, le hizo ver que ella no estaba tan mal… O El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, “una mujer que hablaba desde un lugar que me quedaba muy lejano y muy cercano a la vez”.

8/

Que escribir guiones (junto a Isabel Coixet, con quien colabora) también la hace sentirse acompañada: “La literatura y el mundo de los escritores me resulta muy solitario, estás tan encerrado en ti mismo… a veces echo de menos poder llamar a alguien y decir oye ¿qué te parece esto? Con el guión, tienes eso. Es un trabajo en equipo”.

9/

Sus temas rondan siempre las relaciones personales. “Los vínculos, qué nos une a la gente o qué nos termina por separar. Me produce fascinación lo que tenemos cerca y no vemos de lo cerca que lo tenemos”.

10/

Lee mucha poesía: Jorie Graham, Anne Carlson, Louise Gluck, Sharon Olds… “Admiro a los poetas porque creo que son los que lo tienen más difícil. Si ya en un relato es difícil sintentizar todo aquello que quieres contar, en un verso casi hay magia”

Gracias a Ponce+Robles por abrirnos las puertas de su galería, donde disfrutamos de la exposición de Jaime Martínez, Algo de Jaime, un artista autista de 26 años, dentro del proyecto Centro de Conexión Permanente que desarrolla este año la galería.

Y gracias a Bodegas Portia por alegrarnos (aún más) la noche con su vino Portia Prima. Recuerda, además, que puedes visitar la bodega: un proyecto arquitectónico espectacular diseñado por el estudio de Norman Foster. 

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