10 COSAS QUE APRENDIMOS CON SARA JARAMILLO
De Latinoamérica nos llegan nuevas y grandes voces que reflejan, a menudo con crudeza, la realidad social del continente americano. Sara Jaramillo (Medellin, 1979), es una de ellas y ha revolucionado y ha revolucionado la literatura con solo tres novelas: Cómo maté a mi padre, Dónde cantan las ballenas y Escrito en la piel del jaguar (Lumen). Nos citamos con ella en Alzueta Gallery para hablar de todo ello, mientras brindamos con los vinos de Virgen del Galir. La conversación fue apasionante.
1/
«Esta historia ya no es mía»
Su novela Cómo maté a mi padre revive el asesinato de su padre a manos de un sicario… «Escribirla fue catártico, liberador. Siento como si esa historia ya no fuera mía y se la hubiera entregado a los lectores. Ya no me duele como me dolía antes, ni me pesa tanto como me pesaba antes. Entiendo ahora que la única manera de hacer duelo y entender la verdad es verbalizando, no escondiendo las cosas. Y creo que eso se puede trabajar a través de cualquier manifestación artística».
2/
Estudió periodismo porque quería ser escritora…
Pero sólo le ofrecían trabajo en televisión y acabó siendo corresponsal de Medellín. «Es una ciudad donde ocurren cien mil noticias diarias. Era agotador. No me quedaba ni un microsegundo para escribir. No pasaba un solo año de mi vida en que sintiera que me estaba traicionando a mí misma. Si tenía tan claro que quería escribir, ¿qué hacía ahí?».
3/
Un viaje a la India lo cambió todo
«Yo que soy muy empeliculada, volví de la India con la idea de montar una tienda de especias: Ábrete Sésamo, la llamé. Mis amigos pensaban que había enloquecido. Pero la tienda empezó a funcionar sola, dejé el trabajo en televisión y decidí irme a Madrid a estudiar un máster y escribir. Ya no tenía excusas, y tenía claro que no podía escribir en Colombia».
4/
Una historia bregando por salir
Una de las clases del máster era escritura autobiográfica. Le pedían textos y curiosamente siempre escribía sobre su padre. Así surgió la novela. «La profesora me dijo que ahí tenía una historia bregando por salir. Yo jamás pensé que la historia de mi familia, la muerte de mi padre, pudiera interesarle a nadie. Es más, jamás hubiera pensado que era capaz de escribir esa historia porque no era siquiera capaz de hablar de ello».
5/
El realismo mágico es real
En su novela Donde cantan las ballenas introduce sucesos que de verdad ocurrieron, pero parecen sacados del realismo mágico… «Como un día que, en su casa familiar del campo, amanecieron las ventanas invadidas de abejas, de suelo a techo. Esa casa tan luminosa, toda oscura, era una cosa aterradora. Y al cabo de un tiempo empezó a llover miel», recuerda. O la historia de su vecino de finca, que cultivaba flores, y cuando el cielo amenazaba con una tormenta tropical, disparaba con su escopeta a las nubes, convencido de que así evitaba la lluvia y el granizo.
6/
Siempre me preguntan si la situación en Colombia ha mejorado. Viví algo tan horrible que para mí cualquier cosa es una mejoría, pero considero que la sociedad tiene muchas heridas sin sanar. Cuando en una sociedad hay tanta violencia, no hay tiempo para duelos ni para cicatrizar las heridas”.
7/
Normalizar la violencia
“Es muy triste pero, para mí, que mataran a mi padre era algo normal, pensaba que mi familia era una más que había sido atravesada por la violencia. Yo misma tenía un montón de amigas a las que le habían matado el papá, o sea que para mí no era la gran historia. Había normalizado la violencia. En el colegio nos enseñaban qué hacer si ponían una bomba: abrir la boca para que no te estalle el tímpano y alejarte de las ventanas… Tuve que venir acá, a España, y leer mis textos ante desconocidos para darme cuenta que la historia no era normal».
8/
“No se imaginan la cantidad de mensajes que recibo todos los días, en los que la gente agradece poner palabras a sus sentimientos. Te das cuenta de que somos un montón de personas que literariamente nos hemos encontrado y que tenemos las mismas heridas y los mismos dolores”.
9/
Los libros me salvaron la vida porque me daban esperanza
“Cuando tenía un libro en las manos me olvidaba por un momento de todo lo que le había sucedido a mi padre y a mi familia. Leer me ayudaba a pasar el insomnio. Los libros me salvaron la vida porque me daban esperanza: aprendí que a los personajes también les pasaban cosas horribles y las superaban. Salían adelante a pesar de todas las vicisitudes”.
10/
«Las mil y una noches, uno de mis favoritos. Es un libro que admite infinitas relecturas. Yo lo vengo leyendo desde hace mucho, desde que lo descubrí de niña y me doy cuenta de que cada vez que leo de nuevo cada cuento, cambia mi percepción sobre él. Pero no es el cuento el que cambia, la que cambia soy yo, y me muestra lo que yo he evolucionado, envejecido y asimilado de la vida a través de esas lecturas«.
Gracias a Virgen del Galir por hacernos disfrutar con sus vinos Maruxa Godello y Maruxa Mencía y a Alzueta Gallery, una de las galerías de arte más interesantes de Madrid.
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