10 cosas que aprendimos con Juan Luis Arsuaga

Juan Luis Arsuaga es uno de los paleontólogos más destacados del mundo y el divulgador científico más importante -y divertido- de España. Codirector del equipo de investigación de Atapuerca, ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias, entre otros muchos reconocimiento. Acaba de reeditar su primera novela, Al otro lado de la niebla. Un relato que nos lleva al principio de los tiempos, al nacimiento de la humanidad. Una época a la que es un privilegio viajar de su mano, que nos muestra a nuestros antepasados como de verdad fueron: «En ningún caso inferiores a nosotros en sentimientos, talento o grandeza».

1/

«Yo quería ser salvaje»
 

«De niño, yo quería ser prehistórico y lo sigo queriendo ser. Pero como
no salen plazas, me pareció que ser prehistoriador es lo que más se parecía. Me gustaban los pueblos llamados primitivos, su mundo espiritual, la naturaleza… Jugaba a ser un salvaje y vi que podía convertir eso en mi profesión».

2/

Todos los grandes relatos son novelas de aventuras
 

«Siempre me han gustado las buenas historias. El género al que pertenece este libro (Al otro lado de la niebla) es el de novela de aventuras. Algunos escritores profesionales lo consideran menor, pero todos los grandes relatos, como La Ilíada, El Quijote o el Cantar del mío Cid son novelas de aventuras. Cuando un autor escribe no se propone hacer una obra canónica, sino simplemente hacer algo que a la gente le interese y le guste». 

3/

Leer en la tablet es más purista que en papel

«El soporte del papel en la historia de la escritura es el que ha durado menos de todos. Si realmente fuéramos puristas, deberíamos leer en tablillas de arcilla. Y no solo eso, sino que una tablet es una tablilla, esa es la traducción verdadera. Leer en la tablet es como leer escritura cuneiforme, como leer Gilgamesh, el primer libro de la historia, que se escribió en una tablilla». 

4/

Su novela ‘Al otro lado de la niebla’ es reeditada 20 años después…

«Las historias empiezan a cobrar vida cuando se han alejado lo suficiente del autor y se han independizado. Esta novela tiene muchísima relación con mi yo de hace 20 años. No podría volver a escribirla porque no estoy en el mismo estado mental, ni emocional. Ahora cuando la leo me resulta ajena por completo. Es una historia que está cosida con hilos de aquí y de allá, con relatos de muchos pueblos de la Tierra. Y se ha convertido en lo que yo quería que fuera desde el principio. Quiero que no sea mía, que sea literatura oral, que las madres se la cuenten a sus hijos». 

5/

Sobre la ciencia y las artes…

«Miquel Barceló vino a visitar la excavación de Atapuerca el año pasado. Los que están allí excavando son profesores, gente que ha hecho tesis o doctorandos, alumnos de Paleontología, de facultades de Ciencias, de Geografía e Historia… Presenté a Barceló como una visita que era un orgullo para nosotros. Nadie sabía quién era». 

6/

La edad de oro de la especie humana

«En esta novela reflejo la etapa de los pintores, lo que llamo la edad de oro de la especie humana. La más plena, la más creativa. Cuando pintamos los bisontes de Altamira. Cuando éramos príncipes». 

7/

«El humano moderno no vive, sobrevive». 

«Me indigna la superioridad del humano moderno, absolutamente vegetativo, que no vive, sobrevive. Cuando un alumno me dice que los prehistóricos eran muy primitivos, pienso: tú, que estás todo el día sentado, comiendo pizza, mirando el móvil; que no haces ejercicio, ni tienes contacto con la naturaleza, ni has visto las estrellas… ¿Se puede ser más inferior? Los prehistóricos eran atletas, llevaban una alimentación sanísima; en cuestiones estéticas, iban decorados de arriba abajo, llenos de plumas, colgantes, tatuajes, pinturas, porque se sabían guapos; vivían en conexión con la naturaleza, tenían una maravillosa tradición oral…». 

8/

«La playa es lo más parecido a la prehistoria»

«Yo soy el único marido de España al que le gusta la playa. Porque la playa es lo más parecido a la prehistoria que hay. Es la prehistoria. Estamos desnudos (o casi), la piel está en contacto con la atmosfera, nos bañamos, corremos. Y luego están ahí los abuelos, las madres, los padres con los hijos… Es la familia, el clan, la tribu, la naturaleza. Pero, lo estropeas si llevas la silla de la playa». 

9/

Si alguno pregunta por qué hemos muerto/ diles, porque nuestros padres mintieron. Rudyard Kipling
 
Arsuaga nos recordó este epitafio, que una de las glorias de la literatura inglesa dedicó a su hijo, fallecido a la edad de 18 años en la I Guerra Mundial. «Los que van a la guerra son los jóvenes de 20 años. Unos hijos que se limitan a hacer lo que sus padres les han predicado pero que no han llegado nunca a poner en práctica». 

10/

«Nos han robado las estrellas y nos han robado los besos»

«Estoy metido en causas conservacionistas y una tiene que ver con la iluminación nocturna, que ahora parece de quirófano. Con la luz cálida, tú veías las estrellas, mirabas para arriba y veías la constelación de Orión, el cazador. Nos han robado las estrellas. Y también los besos, porque debajo de las estrellas, e incluso de las farolas, te apetecía dar un beso, ¿Cómo das un beso debajo de esos focos de hoy en día, con esos fogonazos?».

Gracias a Plato Cenital por hacernos sentir como en casa y a Alhambra Reserva 1925  por multiplicar el disfrute. 

Fotografías: Javier García 

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