10 cosas que aprendimos con Irene Escolar
Irene Escolar es una de las mejores y más polifacéticas actrices españolas, que proviene, además, de una larga saga de artistas. Irene hace teatro, cine, televisión… nada se le resiste. Ahora, su último estreno es la serie Las largas sombras (Disney+), un thriller que cuenta la historia de un grupo de amigas cuyas vidas se ven sacudidas por la aparición del cuerpo de una de sus compañeras de instituto. Con ella hablamos de ser actriz, de ficción y realidad.
1/
«De pequeña imitaba a las personas que me generaban curiosidad, quería coger su esencia»
«Siempre he sido muy creativa. De pequeña me disfrazaba de las personas que veía. Si iba a la farmacia con mi madre, cuando volvía a casa imitaba a la farmacéutica y me ponía a hacer recetas, o volvía del colegio, e imitaba a mi profesora. En ese juego de imitación está el germen del todo. Se apoderó de mí desde niña. Quería coger la esencia de la otra persona que tenía delante que, por alguna razón, me llamaba la atención o me generaba curiosidad».
2/
¿Empezar en el teatro… o en Instagram?
«La profesión de actriz ha cambiado mucho. Yo empecé a trabajar con 17 años, en una obra en el teatro de La Abadía. Eso tenía muchísimo valor entonces. Ahora, a alguien que esté empezando, seguramente le aconsejarán que se abra una cuenta en Instagram, que lo ve mucha más gente que el teatro. Antes dedicabas tu tiempo y tu esfuerzo a tu vocación. Ahora te tiene que conocer todo el mundo, que las marcas te paguen… Imagino que la gente joven debe de tener un nivel de confusión terrorífico».
3/
«Actuar es una pulsión que me mantiene viva»
«Si eres actor, si tienes la posibilidad de ejercer tu trabajo, es extraordinario. Me encanta rodar pero en el teatro, sobre un escenario, siento una especie de eclosión interna, una conexión con la gente, que le da sentido a todo. Actuar es una manera de sanar muchas cosas, una pulsión muy fuerte que me mantiene con vida. Pero también es una profesión muy dura, en la que es difícil ganarse la vida. Sólo el 7 % de los actores gana más de 30.000 euros al año, y muchos viven por debajo del umbral de la pobreza. No podemos mentir sobre esto a las generaciones que vienen. Yo soy consciente de que soy una privilegiada».
4/
«La serie habla de cómo operan los traumas en las personas y en sus decisiones vitales y cómo se articula el sistema patriarcal. Se habla de abusos, de la ausencia de la figura paterna, de opresión… es necesario poner el foco en estos asuntos. Pero es un debate muy complejo, porque no creo que se trate únicamente del género, sino de la generación. La serie está basada en una novela donde las protagonistas son más jóvenes, pero decidieron cambiarles la edad, para que no siempre se cuenten las historias de mujeres de 30 años».
5/
«Prefiero ser la mala»
«Si me das a elegir papel, prefiero ser la mala. Hacer de chula -como en Las largas sombras– mola muchísimo. Es mucho mejor que hacer de mujer dulce o todas estas características que se suelen escribir para los personajes femeninos y, por desgracia, son más aburridos. Los rasgos de mi personaje en esta serie se suelen atribuir a personajes masculinos. Es raro ver a una mujer que caiga mal, que sea imperfecta, que sea chula, borde o que invada el espacio de los otros. Para prepararme el papel tuve que encontrar la violencia dentro de mí».
6/
De cuando soñaba que pegaba a Bárbara Lennie…
«En teatro, Hermanas y Finlandia son, probablemente, lo más difícil que he hecho, porque Pascal Rambert, el director, te lleva a sitios con una energía muy complicada. Más cercano a la performance que al teatro. En Hermanas, Bárbara (Lennie) y yo meditábamos juntas antes de salir. Luego, en el escenario, todo era muy violento, nos queríamos sacar los ojos. Nunca he sentido tanto silencio en el patio de butacas. Por la noche tenía pesadillas, soñaba que pegaba a Bárbara. Con Finlandia es de las pocas veces que no sabía si podía estrenar. Estaba aterrorizada. Sentía que no me iban a salir las palabras. Pascal escribe textos muy largos, muchas páginas que no tienen signos de puntuación, que son como flujos de pensamiento filosóficos, muy poéticos, hermosísimos, pero no hay posibilidad para que te desconectes, para que te vayas del presente más absoluto. Tienes que estar muy concentrada, muy conectada. No hay opción a la improvisación. Es como lanzarse al abismo».
7/
Sobre venir de una familia de artistas…
«Durante mucho tiempo decía que no me afectaba, supongo que era un mecanismo de defensa. Creo que me he dedicado muchos años al teatro porque quería demostrar, incluso a mí misma, que me lo merecía. Es verdad que mi situación ha sido privilegiada, pero no porque tuviera acceso a trabajos -nunca me han dado un trabajo sin hacerme un casting-, sino porque mi familia me ayudó a entender cuáles eran las dinámicas de una profesión muy compleja, en la que hay mucho rechazo y tú puedes creer que es por algo que tiene que ver contigo, y eso daña mucho. En mi caso, tenía gente alrededor que, para sacar adelante sus compañías, había pasado por éxitos y por fracasos absolutos. Yo sabía que era algo que ocurría. He visto amigas mías actrices que no tenían esa información y el rechazo es un shock muy fuerte. Actuar es aceptar que estás en la vulnerabilidad todo el rato, que puedes fracasar. Pero hay que convivir con ello».
8/
«Itsaso Arana me ha dirigido mejor que nadie»
«Itsaso Araña me ha dirigido mejor que nadie (en Las chicas están bien). Pocos directores saben de interpretación, lo normal es que estés ahí sola ante la cámara… Pero ella es directora y actriz. Además, es mujer, es de mi generación, y es muy generosa. Es alguien que te ve de verdad, y te ayuda a conocerte mejor para que puedas crecer. Eso es oro».
9/
«Todos tenemos oscuridad dentro»
«Ser actriz me ha llevado a desarrollar mucho la empatía, no se puede dar la espalda a lo que ocurre a tu alrededor, ni dentro de ti misma. Todos tenemos mucha oscuridad. En ese sentido, el ser humano me parece algo fascinante, me genera una gran curiosidad. También me ha ayudado a tener más compasión».
10/
«No quiero ser la compañera guapa»
«Hasta hace no mucho, los personajes femeninos siempre ocupaban el rol de acompañante complaciente. Y se definían por sus rasgos físicos. En mi caso, hubo un momento en que dije, ¡ya está!, no quiero que me manden más guiones en los que pone “amorosa, guapa, atractiva, que entra por la puerta y todo el mundo se gira…”. Perdona, ¿no puede ser inteligente, divertida, curiosa, entusiasta? Hay muchos adjetivos, me da igual, pero las mujeres siempre están descritas por su físico. Me interesan los personajes que permiten hacer cosas más arriesgadas. Afortunadamente, esto ha empezado a cambiar».
Y el cuestionario exprés Cooltural:
- La película que más veces has visto: Los puentes de Madison
- El último libro que has regalado: Polilla, de Alba Muñoz
- Tus referentes: Emma Stone como actriz y la directora Céline Sciamma.
- Una serie magistral: Mad Men o The Wire
Gracias al Hotel Tótem, con su fantástico jardín urbano recientemente renovado, y a la propuesta de vinos de Descorchify, por multiplicar el disfrute.
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